El proceso de la oruga procesionaria en su vida silvestre es bastante simple. Es importante conocerlo debido a que el contacto con este animal puede provocar reacciones desfavorables. Tanto para las personas como para los animales es igual de peligroso. Por lo que obtener conocimiento de esto resulta imperativo. Sobre todo porque determinará el cuidado que debemos tener al entrar en contacto con el aire libre.
Ciclo y desarrollo de la oruga procesionaria
En el proceso de los ciclos y desarrollo de las procesionarias se destacan las serpentinas, que forman en el suelo. Es así como se reconocen fácilmente estas orugas, que al bajar de los árboles. Forman una procesión hacia los terrenos más blandos para clavarse allí. Con el fin de convertirse en mariposas.
Sin embargo, son los nidos de estas orugas los que causan daño, entrar en contacto con ello es sumamente peligroso. Son los pelos que liberan los que al entrar en contacto con las personas o animales los que causan posibles problemas. Esta es la sección del ciclo y reproducción en donde representan un peligro. De lo contrario es el proceso natural al cual corresponden.
Su proceso se basa cuando la polilla se encuentra en su fase adulta, las cuales se pueden visualizar en el verano. En donde estas polillas al entrar en contacto con las polillas hembras logran copular. Tras este proceso pueden lograr colocar hasta 300 huevos, los cuales se adhieren a las agujas de los pinos. Los cuales se convierten en orugas mínimas.
El ciclo de la oruga procesionaria
Las procesionarias son pequeños animales que se anidan en las puntas de los árboles de pinos. Formando pequeñas bolsas blanquecinas con aspecto de seda, las cuales se alimentan de noche. Durante el día solo duermen, los nidos se pueden visualizar en los meses invernales. Debido a que se desarrollan mejor a bajas temperaturas. Se debe tomar en cuenta que el color de estos nidos es blanquecino y se asemejan a pequeñas nubes.
Estos nidos son realmente una peligrosidad no solo para las personas, sino también para el árbol en el cual se aniden. Han logrado acabar con todas las propiedades de los árboles, desde las ramas hasta el tronco. La habilidad que han tomado de alimentarse de noche las defiende del ataque de sus principales depredadores.
Al estar estas pequeñas bolsas colocadas en las puntas de los arboles pueden aprovechar el calor que les brinda el día. Y es así como logran digerir el alimento de la noche, así como, el grupo nutrido logra darse calor entre sí. Al ser una gran cantidad de orugas en una sola bolsa.
Ya finalizando el invierno, las orugas abandonan el nido y bajan al suelo, en la búsqueda del terreno más suave. Con el fin de enterrarse y pasar a la siguiente etapa, es durante este proceso que representan una alta peligrosidad. Ya que al dejar a su paso posibles rastros de sus pelos, estos son los que ocasionan problemas al entrar en contacto con la piel. Causando enfermedades que son de cuidado.
La última etapa de las procesionarias
El tamaño de las procesionarias va a depender de la cantidad de orugas que logren sobrevivir. Es común que la cantidad que al final se puedan contar sean de 60 o más. Todas formando una cadena como en procesión, de allí que reciban su nombre. Incluso pudiesen parecer una serpiente enorme al ser vistas.
Estas orugas podrían desplazarse a una gran distancia, ya que deben buscar el terreno más adecuado. Al momento de enterrarse su aspecto cambia, en donde poseen una cubierta de color marrón. Logrando para este momento haber almacenado suficiente alimento, lo que les permite vivir durante esta etapa. Ya al lograr entrar al verano es cuando se forma la mariposa que saldrá de ella. La cual no es visualizada ya que su duración de vida es de 24 horas.